Por: Mtro. Erick Antonio Ochoa
El pasado 28 de enero de 2015 fue presentado el Programa de Prevención y Atención de Adicciones, una propuesta seria e integral basada en dos elementos centrales de política pública:
1. Espacios libres de humo de tabaco en todo el país, con lo cual se extenderá la experiencia del Distrito Federal a otras entidades federativas (a la fecha 11 Estados tienen una legislación local que protege del humo de tabaco los espacios públicos cerrados y áreas interiores de trabajo).
2. Programa Conduce sin Alcohol, aplicable en el ámbito nacional.
Durante la presentación del Programa, hubo intervenciones destacadas con información relevante para el control del tabaquismo, cuyo reconocimiento público por funcionarios del más alto nivel no se había visto en años.
Por ejemplo, el Presidente de la República, el Licenciado Enrique Peña Nieto, destacó que las enfermedades causadas por el tabaquismo representan un gasto público de 61 mil millones de pesos cada año, que el quinto objetivo del Programa era “contar con un marco regulatorio moderno y eficiente en materia de adicciones” y que había dado indicaciones para conseguir más espacios públicos libres de humo de tabaco en todo el país.1
A destacar, sin embargo, los datos que se hicieron públicos sobre las muertes relacionadas al consumo de tabaco. Tanto en el discurso del Dr. Manuel Mondragón y Kalb, Comisionado Nacional contra las Adicciones, como en la intervención de la Dra. Mercedes Juan López, Secretaria de Salud del gobierno federal, se destacó que cada año mueren cerca de 44 mil mexicanas y mexicanos por enfermedades atribuibles al consumo de tabaco, 118 defunciones diarias, lo cual representa el 8.4% del total de fallecimientos que se registran en el país.
Al analizar la referencia original de la estadística hecha pública por los funcionarios2 , tenemos información desglosada que:
Muerte por enfermedad atribuible al tabaco 11,469 Enfermedades Cardíacas.
10,664 Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
6,036 Cáncer de Pulmón
5,154 Otros Cánceres
4,975 Tabaquismo Pasivo
3,218 Accidente Cerebro Vascular
1,730 Neumonía
En el estudio, México tiene el porcentaje más bajo en América Latina de muertes atribuibles al consumo de tabaco respecto al total de defunciones (8.4%). En Chile (18.5%), Colombia (15.9%), Brasil (14.7%), Argentina (13.6%), Perú (12.1%) y Bolivia (9.2%), las muertes atribuibles son superiores. Esto aplica al resto de los países de la región, donde 13.1% de las muertes están relacionadas al consumo de tabaco.
Esta estadística es inferior a la que se ha manejado en años. En 2006, con datos de 2003, una investigación encabezada por el Dr. Pablo Kuri Morales, actual Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, estimaba que cada año había más de 60 mil muertes atribuibles al tabaquismo, de las cuales 38% correspondía a enfermedad isquémica del corazón, 29% a enfisema, bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, 23% a enfermedad cerebrovascular y 10% a cáncer de pulmón, bronquios y tráquea.3
Una actualización que hicimos en la Fundación InterAmericana del Corazón México a finales de 2013, con datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS) correspondientes a 2011 y con base en los porcentajes de defunciones atribuibles utilizadas por el Dr. Kuri y otros autores, dio un total de 66,324 mexicanas y mexicanos que fallecen cada año.4
Las cifras cercanas a los 44 mil del IECS o las 66 mil que publicamos en FIC México toman en cuenta defunciones, egresos hospitalarios y prevalencia de fumadores. ¿Dónde está la diferencia? En los riesgos relativos, pero fundamentalmente en la metodología. Para el cálculo de los 66 mil, se tomó en cuenta todas las defunciones registradas por las principales enfermedades asociadas al consumo de tabaco y se multiplicó por la fracción atribuible conforme a la edad y el sexo, calculadas con base en el riesgo relativo. En cambio, en la investigación del IECS, se construyeron cohortes hipotéticas que se siguieron por varios años; cada año se calculó para cada individuo de la cohorte el riesgo de que ocurriera cada evento de interés (por ejemplo, infarto al corazón), tomando en cuenta características sociodemográficas de los individuos y la condición de fumador y los riesgos relativos correspondientes.
No necesariamente el modelo más complejo es mejor. Por la manera en que se registran las defunciones en las actas, donde se valora más el hecho que la causa, es difícil precisar con información disponible en México sobre cuántas defunciones están asociadas al consumo de tabaco. Ello equivale a hombres o mujeres alcoholizados que se accidentaron y en el acta de defunción se asienta que fallecieron por traumatismo craneoencefálico.
Esta es una realidad que no es exclusiva de México. De hecho las estimaciones del IECS para otros países de la región se encontró con las mismas dificultades de información disponible.
Lo más complicado es que seguramente en México ambas estimaciones analizadas están por debajo de la realidad. Un estudio de cohorte recientemente publicado, donde participaron 421,378 hombres y 532,651 mujeres estadounidenses con 55 años o más, con un seguimiento de 2000 a 2011, mostró que un 17% de las muertes no se debía a las 21 enfermedades atribuibles al consumo de tabaco (cáncer de labios y boca, cáncer de esófago, cáncer de estómago, cáncer colorrectal, cáncer de hígado, cáncer pancreático, cáncer de laringe, cáncer de pulmón, diabetes, enfermedad isquémica del corazón, evento cerebrovascular, entre otros), sino a otras que están asociadas pero no han sido formalmente reconocidas como causas, como cáncer de seno, cáncer de próstata, cáncer raros o desconocidos, etc.5
En suma, las 480 mil muertes que fueron reconocidas en el último Informe del Cirujano General de los Estados Unidos (2014), cerca del 20% del total de muertes en ese país, podrían representar sólo el 83% del total de defunciones que efectivamente se dieron, por lo que habría que agregar 60 mil muertes adicionales que corresponden a enfermedades asociadas.
Eso podría estar sucediendo en México, donde la información no es totalmente confiable porque se valora el desenlace final más que la causa. Necesitamos remediar urgentemente la manera en que se registran las defunciones en las actas. Las muertes atribuibles al consumo de tabaco – lo mismo que por el consumo de alcohol – podrían estar subestimadas. Precisar las causas sería la base de un estudio integral como el que fue publicado hace unos días en The New England Journal of Medicine.
1 Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Licenciado Enrique Peña Nieto, durante la presentación del Programa de Prevención y Atención de Adicciones, Presidencia de la República, México, 28 de enero de 2015, disponible en: http://www.presidencia.gob.mx/articulos-prensa/palabras-del-presidente-de-los-estados-unidos-mexicanos-licenciado-enrique-pena-nieto-durante-la-presentacion-del-programa-de-prevencion-y-atencion-de-adicciones/
2 Pichon-Riviere A, Reynales-Shigematsu L M, Bardach A, Carporale J, Augustovski F, Alcaraz A, Caccavo F, Sáenz de Miera-Juárez B, Muños-Hernández J A, Gallegos-Rivero V, Hernández-San Román E. Carga de Enfermedad Atribuible al Tabaquismo en México. Documento Técnico IECS No. 10, Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, Buenos Aires, Argentina, Agosto de 2013 (www.iecs.org.ar)
3 Kuri-Morales, Pablo, et al. Epidemiología del tabaquismo en México, Revista Salud Pública de México, Vol. 48, número 1, 91-98 pp, México, 2006. Disponible en línea en el link: http://bvs.insp.mx/rsp/articulos/articulo_e4.php?id=001521
4 Fundación InterAmericana del Corazón México, Monitor Ciudadano sobre el control del tabaco en México, México, diciembre de 2013, p. 18. Disponible en http://www.ficmexico.org/htdocs/estudios/monitorfinal_web.pdf
5 Carter, Brian D. et al. Smoking and Mortality – Beyond Established Causes, en The New England Journal of Medicine, Vol. 372, número 7, febrero 12 de 2015, 631- 640 pp.