Mundodehoy.com.- El tren que cruzaba el África subsahariana en la década de los veinte y pasaba por el entonces llamado Congo Belga, y después el avión, fueron factores que propiciaron la diseminación del VIH por diferentes partes del mundo. En el caso de América, llegó a Haití en 1964 y de allí pasó a Estados Unidos, señalaron científicos en un estudio multidisciplinario, en la edición de octubre de la revista Science.
Esto permitía seguir los pasos del VIH a nivel histórico, y de cierta manera, científico, pues hasta hoy en día no se terminan de desentrañar los mecanismos de acción del virus, sobre todo de sus reservorios, por lo que, ubicarlo desde sus orígenes y analizar las primeras muestras disponibles podría ayudar a dicha tarea.
Las interrogantes para lograr la cura continúan. Un artículo publicado en octubre en la revista The Lancetexplicaba cómo un grupo de científicos de Milán intentaron curar a un bebé con VIH dándole tratamiento antirretroviral de forma precoz, tal como anteriormente habían intentado un grupo de médicos con una menor en un hospital de Mississippi, quien tiempo después volvió a registrar presencia de VIH tras haber dejado de tomar medicamentos antirretrovirales.
Mario Clerici, investigador principal del estudio italiano, explicó que el menor no registraba rastros de VIH después de recibir medicamento antirretrovirales poco después de su nacimiento hasta los tres años de edad. Las cargas virales realizadas de manera sistemática mostraban que el virus había sido erradicado. Incluso, los anticuerpos contra el VIH habían desaparecido, lo que demostraba que el bebé ya no era seropositivo y, con el consentimiento de la madre del niño, se interrumpió el tratamiento.
Sin embargo, dos semanas más tarde, los análisis reflejaron que el virus había reaparecido. La situación hizo pensar a los investigadores que los reservorios virales –zonas del organismo donde se esconde el virus– no habían sido eliminados completamente con la terapia a pesar de que el virus había permanecido indetectable durante más de tres años.
La conclusión de los italianos fue que “la investigación para la cura del VIH continúa debido a que la disponibilidad de multitud de tipos de potentes fármacos antirretrovirales ha reducido sustancialmente la morbilidad y la mortalidad, pero no pueden erradicar el virus porque no eliminan las reservas virales”.
Otro grupo de científicos intentó a través de pruebas de un trasplante de médula ósea en monos Rhesus curar el padecimiento, en imitación del tratamiento realizado a Timothy Brown, conocido como “el paciente de Berlín” que permitiera que en su organismo no se volviera a registrar la presencia del virus.
De acuerdo con el artículo, publicado en septiembre en Plos Pathogens por científicos estadounidenses del Centro para Vacunas Emory y el Centro Nacional de Estudios de Primates Yerkes, en el grupo de tres monos infectados con el virus de inmunodeficiencia simia (VIS), similar al humano, se observó que después del proceso quirúrgico y al ya no suministrarles medicamentos antirretrovirales, de nueva cuenta se registró presencia del virus en su sangre.
Los reservorios
Desde hace años, la posibilidad de la reactivación de los reservorios del VIH “escondidos” en el organismo es una de las principales preocupaciones de la comunidad científica debido a que las terapias médicas disponibles no atacan a estos remanentes del virus, de cuya presencia se sospecha pero no termina por ubicárseles, lo cual permitiría eliminarlos.
En la más reciente Conferencia Intercientífica de Agentes Antimicrobiales y Quimioterapia, celebrada en Washington DC, un equipo de investigadores de Malawi de la Clínica Wellcome y el Hospital Central Reina Isabel expuso evidencia sobre la presencia de reservorios de VIH en macrófagos alveolares en tejidos pulmonares de pacientes bajo tratamiento antirretroviral.
El estudio, aplicado a 54 voluntarios –37personas con VIH recibiendo terapia antirretroviral, 12 seropositivas sin medicación y cinco VIH negativos– mostró que tras realizar lavados broncoalveolares a todos los participantes se detectaron macrófagos infectados con el virus en pequeños pero significativos porcentajes.
Tratamiento, la mejor opción disponible
En febrero pasado, un estudio encabezado por Julio Montaner, publicado en la revista científica en línea Plos One, mostró que en la provincia canadiense de Columbia Británica, ante el incremento del porcentaje de personas bajo tratamiento antirretroviral, hubo una reducción de nuevas infecciones de 42 por ciento y de 80 por ciento de casos de sida y de fallecimientos asociados a la infección.
Los resultados en torno a la prevención han despertado el interés de muchos equipos de científicos, los cuales se congregaron por primera vez en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en el Congreso Investigación para la Prevención. En el encuentro se dieron a conocer nuevos prototipos de vacunas, geles vaginales y modelos de tratamientos pre exposición.
En el mismo foro se mostraron los resultados del estudio ANRS12249, en proceso en KwaZulu Natal, Sudáfrica, iniciado en 2004, en áreas rurales afectadas de manera severa por la pandemia donde se comenzó a brindar tratamiento antirretroviral, logrando un alcance de 45 por ciento del total de la población VIH positiva.
A ocho años del inicio, se observó que hubo un incremento de la expectativa de vida en personas adultas de la región de 50 a 60 años.
Ante lo positivo de los resultados, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos anunciaron la continuación del patrocinio de proyectos de investigación como el PopART (HPN 071), que exploran los diferentes alcances del uso de antirretrovirales y de medidas que ayuden a mejorar la capacidad de detección de nuevas infecciones a través de una expansión de los servicios de detección que puedan ofrecer también tratamiento y cuidados médicos. Los resultados de este estudio, el cual involucra a más de 1.2 millones de personas en África, se conocerán en 2018. La comunidad científica espera que a partir de esa experiencia surjan modelos que permitan reducir de manera significativa las nuevas infecciones y haya una respuesta más frontal al VIH a fin de lograr su erradicación antes de 2030, fecha propuesta por el Onusida para disminuir significativamente la presencia del virus en el planeta.
Publicado en la edición de diciembre del suplemento Letra S del periódico La Jornada
Consulte la edición completa de Letra S en http://www.jornada.unam.mx/2014/12/04/ls-cara.html