LaSalud.mx.- Reducir el nacimiento de bebés prematuros en México es un reto para el Sistema de Salud Pública, ya que cada año se presentan 170 mil casos con el riesgo de muerte; además, padecen secuelas médicas como deficiencias pulmonares y cardiacas; parálisis cerebral, discapacidades motoras y sensoriales; problemas de aprendizaje, y trastornos de conducta.
Al inaugurar el “Primer foro nacional para el desarrollo de políticas para la prevención y atención del nacimiento prematuro en México”, el diputado Mario Alberto Dávila Delgado (PAN), presidente de la Comisión de Salud, destacó la importancia de prevenir y atender de forma integral a la madre durante el embarazo y al recién nacido prematuro.
Llamó a todos los sectores a involucrarse en esta problemática nacional, ya que impacta la vida de miles de bebés nacidos antes de concluir el periodo de desarrollo regular en el vientre de la madre.
Señaló que el país no destina recursos suficientes para atender a mujeres y niños en estas condiciones. Por ello, resaltó, “el objetivo es etiquetar más presupuesto para vincular la prevención, la atención y políticas públicas integrales en este tema, incorporar a la familia y al equipo médico en su conjunto; nadie puede estar fuera”.
Al participar, la diputada Leslie Pantoja Hernández (PAN), integrante de la Comisión de Salud, sostuvo que México cuenta con instrumentos e instituciones enfocadas a atender la maternidad y salud de la infancia; sin embargo “la agenda de bebés prematuros es una asignatura pendiente”.
Consideró necesario promover programas de prevención y protocolos que faciliten la atención especializada para que los padres del 6.7 por ciento de los bebés prematuros que nacen cada año, tengan la certeza de acceder al mejor tratamiento médico ofrecido por cualquier institución de salud a nivel nacional.
Propuso iniciar acciones conjuntas para desarrollar estrategias que atiendan este problema de salud pública, con el propósito de definir una agenda de trabajo que fortalezca la prevención y mejore la atención de los bebés prematuros.
La diputada Carla Alicia Padilla Ramos (PVEM), secretaria de la instancia legislativa, sostuvo que “México debe encaminar sus políticas públicas para reducir la muerte de prematuros a un 50 por ciento para el 2015”.
“Aunque vamos caminando, en relación con otras naciones, hay grandes retos para evitar más muertes de bebés prematuros y de mujeres”, por lo que convocó a trabajar en una política integral que sume esfuerzos para definir iniciativas legales que sean su base.
Sobre todo, porque el nacimiento prematuro es la principal causa de mortalidad neonatal en el mundo, registrada durante las cuatro primeras semanas de vida; es la segunda causa de muerte entre los niños menores de cinco años, después de la neumonía, aseguró.
Explicó que para lograr salvar la vida a un recién nacido en estas condiciones, se requieren cuidados médicos especiales. Propuso, por tanto, mejorar la capacitación de enfermeras y parteras, en virtud de la cercanía que tienen con las madres, y mejorar el equipo terapéutico para coadyuvar a que desarrolle sus órganos y sistemas que no pudo lograr en el vientre materno.
A estos cuidados, continuó, debe agregarse la leche materna. “Es el más importante, ya que es la primera vacuna inmunológica y aporta importantes nutrientes al recién nacido prematuro”.
En su momento, Matthias Sachse, oficial nacional de Salud y Nutrición del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), destacó que el nacimiento prematuro es una de las principales causas de muerte en menores de cinco años, pero “la mayoría podría evitarse si se invirtiera más para mejorar la calidad en la atención en torno al nacimiento”.
Dijo que “más del 80 por ciento de estas muertes se debe a la prematuridad y decesos relacionados durante el parto”. Como el fenómeno ha estado invisible, urgió a actualizar los sistemas de información para tomar decisiones atinadas y abordar el problema, a través de políticas públicas que reflejen la voluntad y el compromiso para disminuir los nacimientos prematuros.
Indicó que la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han fijado metas específicas para mejorar la salud de los recién nacidos y prevenir las muertes fetales, en un marco asistencial continuo. Resaltó la necesidad de fortalecer la capacitación en las zonas rurales e indígenas, regiones pobres que sufren la falta de atención médica adecuada, y “centrar esfuerzos en parteras y enfermeras”.
María del Rocío Lima Carcaño, en representación del secretario de Salud del gobierno del Distrito Federal, indicó que los neonatos son la población más vulnerable, por lo que es fundamental dar a las madres un seguimiento médico estricto del embarazo y tener por lo menos siete revisiones, para evitar y reducir los riesgos de muerte y de padecer enfermedades al nuevo ser.
José de Jesús Méndez de Lira, representante del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, apuntó que se tiene la meta de reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes en el país.
Explicó que en los menores de un año las defunciones alcanzan el 74 por ciento, de este porcentaje, el 41.51 es a causa de afecciones en el periodo perinatal y 22.92 son anomalías congénitas; de uno a cuatro años de edad, ocupan el 25 por ciento, por lo que “es indispensable una política pública integral que incida en la mortalidad infantil”.
Refirió la necesidad de prevenir un diagnóstico oportuno y el tratamiento médico adecuado. “Persisten grandes retos en materia de salud que deben enfrentarse como el nacimiento de prematuros”, subrayó.