La falta de uso de algún método anticonceptivo en la primera relación sexual aumenta el riesgo de presenta embarazos no planeados y el contagio de infecciones de trasmisión sexual como el Virus del Papiloma Humano y VIH/ Sida.
Así lo informó Alejandro Rosas Solís, Subdirector de Salud Sexual y Reproductiva del Centro Nacional de Equidad, Género y Salud Reproductiva, quien señaló que estudios realizados al respecto indican que más del 60% de los embarazos en adolescentes no fueron planeados.
Precisó que se estima que de los dos millones de nacimientos que ocurren en nuestro país cada año, 480 mil corresponden a mujeres entre los 14 y 19 años de edad.
Ante este panorama subrayó la necesidad de crear una nueva cultura de atención a la salud sexual y reproductiva de los adolescentes, en donde la sociedad adopte esa conducta responsable de informar, aunado a un proceso educativo que involucre a maestros y prestadores de servicios médicos.
“Es necesario hablar con nuestros hijos sobre sexualidad, ya que es una parte esencial del ser humano. Comunicar a un adolescente que toda conducta sexual tiene una repercusión resulta fundamental para que tome decisiones de manera informada”, enfatizó.
Esta estrategia cuenta con personal capacitado en aspectos de sexualidad, reproducción y manejo de anticoncepción especiales para adolescentes, a quienes brindan asesoría especializada.
El especialista enfatizó la necesidad en que los jóvenes conozcan y acudan a este tipo de servicios, para que tengan oportunidad de prevenir tanto embarazos no deseados como el riesgo de contagio de enfermedades de trasmisión sexual.
Destacó que tener relaciones sexuales sin protección trae consecuencias de salud graves, sobre todo en la mujer, ya que un embarazo a esta edad eleva cinco veces el riesgo de morir durante su atención obstétrica.
“Un embarazo en una adolescentes es considerado de alto riesgo derivado de la inmadurez de su cuerpo, por lo que las pone en riesgo de presentar preclampsia o hemorragias, padecimientos que se ubican entre los cinco primeras causas de mortalidad materna”, comentó.
También hay repercusiones en la salud del recién nacido, como bajo peso, inmadurez pulmonar y problemas de control de temperatura, situaciones que ponen en riesgo la vida del bebé.
Finalmente, precisó que las consecuencias a largo plazo son sociales, debido a que jóvenes ven frustrado su proyecto de vida al tener que abandonar sus estudios, y en el mejor de los casos ingresar a un limitado mercado laboral.