La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una enfermedad grave y frecuente pero desconocida por la población en general. La enfermedad tiene diferentes componentes que ocasionan limitaciones en el flujo de aire y dificultades para respirar. A pesar de ser irreversible, la EPOC es prevenible y tratable si se detecta en su fase inicial.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) se puede prevenir, el 90 por ciento de los casos de EPOC son debido al tabaquismo y un 10 por ciento a la inhalación de humo de leña. Dejar de fumar y evitar los sitios donde existan altas concentraciones de humo de cigarro es un primer paso. Así mismo, en la medida de lo posible es recomendable evitar: la contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción); la contaminación del aire exterior; la exposición laboral a polvos y productos químicos (vapores, irritantes y gases); y las infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores en la infancia.
El diagnóstico oportuno es una de las claves para el control adecuado de la enfermedad. La EPOC es una enfermedad subdiagnosticada; actualmente solo del 25 al 50 por ciento de los pacientes con esta enfermedad son diagnosticados y el 75 por ciento de los pacientes no son tratados de acuerdo a las guías de tratamiento actuales.
La educación del paciente con EPOC es esencial para un buen control de la enfermedad. Un programa educativo para un paciente con EPOC debe incluir los siguientes tópicos: la disminución de la exposición a factores de riesgo, dieta, ejercicio, uso adecuado de los medicamentos, tratamiento de las exacerbaciones, reconocer las comorbilidades.
El tratamiento con la combinación de un esteroide inhalado y un broncodilatador de larga acción, reduce el riesgo de muerte y disminuye la caída progresiva de la función pulmonar, mejorando la calidad de vida del paciente con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
El empleo de oxigeno suplementario aumenta la supervivencia, mejora la tolerancia al ejercicio, el sueño y la capacidad intelectual, el empleo del mismo debe estar indicado por más de 15 hrs al día para prevenir la hipertensión arterial pulmonar.
La realización de ejercicios de rehabilitación es parte primordial en el control de la EPOC. Dependiendo del grado de avance de la enfermedad se indicará entre 20 y 30 minutos, 3 ó 4 veces a la semana.
Una adecuada nutrición, permitirá al organismo de los pacientes con EPOC protegerse de infecciones y enfermedades que pudieran complicar su condición. Los alimentos aportan la energía suficiente para respirar y en el caso de las personas con EPOC, necesitan 10 veces más calorías que una persona que está sana.
En algunos casos es recomendable que el paciente con EPOC sea vacunado contra la gripe y el neumococo, con el fin de evitar complicaciones relacionadas con el padecimiento.
Incluir un programa de rehabilitación pulmonar puede reducir los efectos negativos que se derivan de la EPOC, combinando ejercicios de entrenamiento con programas educativos.