Al vivir en un mundo donde el tiempo apremia y el estrés es el pan de cada día, la relajación se convierte en una necesidad generalizada para todos. Ésta consiste en relajar y aflojar la tensión muscular.
Si bien algunas personas se relajan más fácilmente que otras, lo cierto es que con práctica y concentración toda la gente pude aprender a relajarse. En líneas generales, estar relajado ayuda a vivir mejor y minimiza el riesgo de enfermedades derivadas de la tensión (úlceras gástricas, infartos, etc).
La relajación consta de dos aspectos principales: respiración y concentración
– Respiración; es un factor importante en toda sesión de relajación, la espiración permite que el aire salga del cuerpo y expulsemos el gas carbónico, mientras que la inspiración permite llenar nuestros pulmones y absorber el oxígeno que necesitan nuestras células. Una buena respiración ayuda a controlar el estrés, el miedo, el dolor e incluso la violencia.
– Concentración; consiste simplemente en centrar la atención, durante más o menos tiempo, en un objeto, un músculo, un grupo de músculos o, también, en una idea.
Varios estudios recientes han demostrado que la risa tiene diversas cualidades preventivas y curativas, brindando la misma satisfacción que la relajación. Además de contribuir a un mejor equilibrio mental, a una mayor armonía en las relaciones y a una reducción de la tensión, la risa contribuye un excelente ejercicio muscular y pulmonar. Por otro lado, aminora el ritmo cardíaco y regulariza los latidos, combate la ansiedad y la depresión, y ayuda a eliminar el estrés.
Ambientación
La relajación se vuelve más sencilla si se cuanta con el ambiente propicio para olvidar presiones, tensiones, problemas y enfermedades. Algunos elementos que pueden ayudar son:
– Un ambiente en penumbras o con una luz difusa
– El aroma de un incienso encendido o de velas aromáticas.
– Una música suave que sea de su agrado a volumen muy bajo
Como se mencionó anteriormente, la relajación se centra en la respiración y la concentración, aspectos que sin duda llevaran a quien lo intente a un estado de paz y tranquilidad. A continuación se presentan algunos tipos de relajación:
Relajación pasiva
– Acuéstate en una posición que te resulte verdaderamente cómoda
– Concéntrate en la parte inferior de tu cuerpo. Siente cómo tus pies se liberan de toda tensión
– La ola de relajación sube ahora por tus pantorrillas y, a medida que lo hace, afloja todo músculo por donde pasa
– Ahora tus piernas y pies están absolutamente flojos
– Inspira profundamente varias veces y disfruta de esa sensación de absoluta distensión de tus piernas
Relajación por el tacto y masajes
Para este tercer grupo de ejercicios, deberás contar con otra persona. Puede ser tu pareja, una amiga o cualquier persona dispuesta a cumplir ese rol y que te inspire la suficiente confianza como para poder relajarte en sus manos. Los aceites esenciales suelen ser buenos ayudantes en estas prácticas al facilitar los masajes y poner un toque aromático agradable.
Relajación mental
Si bien lograr distensión muscular es importante también lo es arribar a la relajación mental. Algunas maneras de llegar a ella son:
– Concentrarse en la respiración
– Si alguna preocupación o pensamiento negativo insiste en repetirse, ahuyéntalo
– Deja que pensamientos agradables invadan tu mente
– Trae a tu mente una imagen que te resulte particularmente grata
– Proyecta en la pantalla de tu mete un fondo de color azul: este tono tiene efectos relajantes