%u201CAnte la creciente anuencia social para que se incrementen en este país los impuestos al tabaco y con ello los precios del mortal producto, las compañías tabacaleras tratan de espantar, para estar a tono con estas fechas, con el muy mexicano petate del muerto a senadores, diputados federales y funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que den la espalda a la mayoría de electores y ciudadanos que pagan sus impuestos%u201D, señala Juan Núñez Guadarrama, Coordinador de la Alianza Nacional para el Control del Tabaco (ALIENTO).
De acuerdo con recientes publicaciones registradas en la prensa mexicana, y que se derivaron de un evento que organizó la Industria Tabacalera en Canadá, %u201Cun alza a los impuestos es factor detonante del mercado negro de cigarros y acarrea riesgo de que lo opere el crimen organizado%u201D. Además, las publicaciones mencionan que %u201Cla captación fiscal se caería, afectando el empleo de muchas personas%u201D.
Ante esto, %u201Cla Industria Tabacalera olvida decir que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha demostrado y promueve entre los países del mundo subir impuestos y precios del tabaco porque es la medida más eficaz para disminuir el consumo del mismo; que en México, la propia Secretaría de Salud, los institutos nacionales de salud, instituciones de educación superior, diversas sociedades médicas y organizaciones de la sociedad civil coinciden en que una política integral que reduzca las hasta 60 mil muertes anuales asociadas al consumo de tabaco, debe incluir necesariamente un alza de impuestos significativa, de entre 10 y 15 pesos por cajetilla de cigarros%u201D, menciona el Coordinador de Aliento.
En las publicaciones referidas, encontramos cómo la Industria Tabacalera destaca, como ejemplo de lo que puede pasar en México, que en Canadá 3 de cada 10 cigarros procedan de la piratería, el contrabando o el robo de mercancía %u201C%u2026sin cumplir normas mínimas de calidad y sanidad, en detrimento de los consumidores, principalmente jóvenes%u201D. ¿Pensarán estas almas piadosas, preocupadas por los jóvenes que hay algún tipo de tabaco nutritivo o vitamínico, bueno para la salud?%u201D, reflexiona Núñez Guadarrama, para señalar que no hay consumo seguro de tabaco, ni en dosis ni en frecuencia.
Núñez Guadarrama destaca que %u201Cningún control del tabaco puede ser excesivo, si hablamos en términos de salud y de bienestar para la población%u201D.
%u201CClaro que a las minorías que se enriquecen a costa de la enfermedad, la discapacidad y la muerte de millones de personas en mundo, no les agrada que se les limite el negocio. Con dolor refieren el cierre de numerosos establecimientos que expenden tabaco en Quebec o en Ontario, ¡como si en México existiera un solo negocio establecido que nada más se dedicara a vender cigarros! Ni siquiera, dijo Núñez, los llamados vendedores ambulantes venden exclusivamente tabaco, por lo que esos argumentos no van con nuestra realidad%u201D.
Nuestra realidad actual nos dice que el único impuesto que la población acepta de buena gana, es el que se aplica al tabaco, tal y como lo demuestra la Encuesta Nacional sobre Impuestos al Tabaco, publicada en agosto de 2010, por Parametría y el Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo. La mayoría de los mexicanos -7 de cada 10- manifestaron estar de acuerdo con que se incrementen los impuestos al cigarro hasta en 10 pesos por cajetilla.
%u201CPor ello esperamos que este año, diputados, senadores y funcionarios de Hacienda sí se pongan del lado de quienes les pagan sus nadas modestos sueldos. Y actúen en consecuencia, subiendo por lo menos un 10% a cada cajetilla de cigarros, para creernos en estas fiestas del Bicentenario que el patriotismo y la lucha por el bien de las mayorías no sólo son temas del pasado%u201D, concluyo el Coordinador de ALIENTO.