México D. F., 5 de abril (Redacción LaSalud.com.mx).- José Luís Téllez Lozano, jefe del servicio de Urgencias del Hospital Regional %u201CGeneral Ignacio Zaragoza%u201D del ISSSTE, informó que insolación y los golpes de calor son las complicaciones más comunes provocadas por las altas temperaturas y la sobreexposición al sol, fenómenos propios de la temporada vacacional.
El doctor Téllez explicó que la principal diferencia entre insolación y golpe de calor es que la primera se deriva de una exposición prolongada y gradual al sol en horas de mayor intensidad de la radiación (entre las 11 y las 16 horas); mientras que el golpe de calor se presenta cuando una persona pasa de un clima frío o templado a otro muy caliente de manera abrupta e intempestiva, sumando a este factor el exceso de actividad física.
Entre los síntomas de la insolación están: deshidratación, debilidad general, dolor de cabeza, calambres, enrojecimiento de la piel y fiebre. El golpe de calor provoca baja de presión arterial, desorientación mental, pérdida de la conciencia, choque hipovolémico, náusea y vómito.
La primera indicación en todos los casos es sentar o recostar a la persona en un área con sombra para evitar traumatismos en caso de que sufra un desmayo. Si está consciente, iniciar la hidratación oral muy lentamente y en poca cantidad, pues se corre el riesgo de que vomite y se acentúe la deshidratación.
Si el paciente presenta alteraciones neurológicas es preferible llevarlo a un hospital y evitar hidratarlo por la vía oral, ya que puede complicarse con una obstrucción broncopulmonar. Para bajar la fiebre se recomienda poner compresas de agua fría.
El doctor Jesús Alba Nájera, médico internista del mismo hospital, recomendó que tanto en medios acuáticos como en climas secos se evite la exposición al sol en las horas de mayor intensidad de radiación ultravioleta. Es conveniente mantenerse a la sombra, no dormir bajo los rayos del sol, consumir la mayor cantidad posible de agua antes, durante y después de alguna actividad física, así como no excederse en el ejercicio bajo los rayos solares. Las gorras, viseras, sombreros y sombrillas son parte fundamental en la protección.
En playas y balnearios es necesario usar filtros solares con un alto factor de protección solar, especialmente en niños y bebés, así como en personas de piel clara. En los adultos mayores es importante proteger la piel para evitar la aparición de manchas y lunares que pueden derivar en cáncer de piel.
Ambos especialistas resaltaron el riesgo que implica ingerir bebidas alcohólicas, ya que éstas deshidratan gradualmente e intensifican y complican los cuadros clínicos.
Para los participantes de procesiones religiosas recomendaron llevar a cabo estos eventos fuera de los horarios de mayor calor; no realizar ayunos previos a las festividades, ya que pueden afectar su condición general de salud y, para la jornada de de las ceremonias, contar con una buena alimentación desde los días previos.