Hipertensión arterial pulmonar: Catastrófica, crónica y progresiva.

Hace 15 años, cuando aún no se disponía de una terapia específica para esta enfermedad, la esperanza de vida desde el momento del diagnóstico era inferior a 3 años.

 

El diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado contribuye a mejorar radicalmente la calidad de vida de las personas y les permite continuar con sus actividades

  

La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad en la cual los vasos sanguíneos que transportan la sangre con poco oxígeno desde el corazón hasta los pulmones se endurecen y se estrechan. El corazón debe hacer un mayor esfuerzo para bombear sangre. Con el transcurso del tiempo, el corazón se debilita y no puede cumplir su función.

 

Afecta a hombres y mujeres, principalmente en edades productivas, entre 20 y 60 años de edad. Se considera que su origen puede ser debido a múltiples factores, genéticos y del entorno. Así mismo se relaciona con la ingesta de algunos medicamentos, como los supresores del apetito; enfermedades reumatológicas y enfermedades cardiacas congénitas.

 

“En México al menos 15 personas por millón de habitantes padecen HAP, es importante la difusión de la enfermedad y la educación médica continua con el fin de que se detecte en etapas tempranas y el paciente pueda tener la oportunidad de beneficiarse con el tratamiento adecuado,” explicó la Dra. Guadalupe Espitia, Médico Neumólogo del Hospital 1° de Octubre del ISSSTE en el marco del LXXI Congreso Nacional de Neumología y Cirugía de Tórax en Cancún, Quintana Roo, iniciado el 9 de abril.

 

Las molestias iniciales que genera la HAP son poco específicas y pueden presentarse también en otros padecimientos más comunes, confundiendo y atrasando su detección. Se puede confundir con asma, angina de pecho, trastornos del ritmo cardiaco o ansiedad. Entre los síntomas más comunes están la fatiga, dificultad para respirar, desmayo, dolor de pecho, tos y color azulado de labios y piel.

 

El diagnóstico de la HAP puede tardar de 3 a 10 años después de manifestados los primeros síntomas, situación que demora la utilización del tratamiento oportuno y resta posibilidades de vida al paciente.

 

Para diagnosticar oportunamente la HAP es importante que los médicos de primer contacto y especialistas sospechen la enfermedad y realicen inicialmente el historial clínico, un examen físico, un electrocardiograma y radiografías del tórax; posteriormente una ecocardiografía, un ecocardiograma en ejercicio, pruebas funcionales y un cateterismo cardiaco derecho.

 

“Durante la década de los 80, cuando aún no se disponía de una terapia específica para esta enfermedad, la esperanza media de vida desde el momento del diagnóstico de los pacientes con HAP era inferior a 3 años,” señaló la Dra. Espitia.

 

Aunque no existe una cura conocida para la HAP, sí existen opciones de tratamiento, las cuales han avanzado en los últimos años. Dichas opciones proporcionan ayuda y marcan una diferencia significativa en la calidad de vida de los pacientes que padecen la enfermedad.

 

Actualmente Bosentan es la única terapia oral indicada para la HAP idiopática y/o hereditaria que retrasa el tiempo de deterioro causado por la enfermedad, reduce los síntomas, devuelve la capacidad de ejercicio y mejora la calidad de vida de los pacientes permitiéndoles retomar sus actividades cotidianas.

 

Por todo lo anterior es muy importante conocer sobre la enfermedad para identificarla en menor tiempo y lograr un diagnóstico y tratamiento oportuno que mejore radicalmente la calidad de vida de las personas que viven con hipertensión arterial pulmonar.

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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